Domaine Comte Georges de la Vogüé.
Chambolle-Musigny es una de la poblaciones más míticas del mundo del vino, es la tierra de dos importantísimos viñedos de máxima calidad –Bonnes Mares y Musigny- que han sido clasificados como Grands Crus. Allí se encuentra una de las principales bodegas de Borgoña, el Domaine Comte Georges de la Vogüé. La visitamos hace unos pocos años. Al llegar al pueblo es difícil de encontrar, como referencia os indicamos que la famosa propiedad se encuentra en la cuesta que hay a la izquierda de la “Mairie”. La visita es posible sólo mediante cita y es necesario demostrar que sois apasionados de la cultura del vino.
Entramos en la propiedad y aparcamos en el patio interior. Fuimos a la oficina y hablamos con François Millet -uno de los mejores enólogos del mundo-. Es una persona muy agradable, con una educación medida pero que mantuvo una cierta distancia con nosotros.
Las instalaciones del Domaine no son lujosas a pesar de que se trata de una de las bodegas más míticas del planeta. Son pequeñas y se asemejan a un sótano con las paredes de piedra ennegrecidas probablemente debido a siglos de crianza de sus caldos en este mismo lugar. No hay lujo ni nada que lo indique, sólo espacio para poco más de 160 barricas. La sala de vinificación no estaba previsto que la viéramos pero insistimos y conseguimos ver los depósitos de fermentación y el resto de útiles propios de esta labor. Daba aspecto de cierto desorden, sin embargo, es una muestra más de que no es necesario tener una bodega impoluta para hacer grandes vinos.
El Domanine sólo poseé doce hectáreas, de las cuales 7 corresponden al Grand Cru Musigny, del cual son los principales propietarios. De este grand cru y de Bonnes Mares hacen entre 32 y 35 barricas anuales. Son ambos monovarietales de pinot noir, para muchos está variedad emblema de la Borgoña es la uva mejor que existe. Millet afirmó que los Bonnes Mares no tienen nada que ver con el resto de los otros viñedos de la comuna, caracterizándose los de la famosa finca por tener una mayor estructura y no tanta presencia aromática. En la degustación este vino se mostró excepcional. Probamos de la propia barrica la añada del 2005. Si lo caracterizamos por algo es por el perfecto equilibrio aromático entre la madera y la fruta. En esta característica alcanzaba la plenitud. Mostró una intensidad aromática muy alta y unas sensaciones muy nítidas de violetas, moras, frambuesas, nuez moscada, cítricos y mentoles. En boca es concentrado, suavísimo, sabroso, franco, pura elegancia; el alcohol estaba perfectamente integrado y el equilibrio gustativo más que conseguido. El postgusto muy largo, frutal y especiado. En nuestra nuestra opinión es un vino de más de 95 puntos.
Millet volvió a introducir una pipeta en otra barrica y degustamos el Musigny “Cuvée Vieilles Vignes” del 2005. Estaba bastante cerrado y apenas apreciamos la fruta -aparte de notas de cerezas- e incluso había ciertas notas anisoladas. En boca la concentración y el volumen son mayores que el caso de Bonne-Mares. Posee un carácter más masculino y una mayor tanicidad respecto al vino anteriormente catado. Y estas características parecen las opuestas a las que habitualmente definen estos grandes crus. Anteriormente habíamos degustado la añada de 1998 de ambos crus -una millesimé endeble en la Borgoña- y en ambos casos nos encontramos con vinos potentes de modo que no podemos concluir nada respecto a la presunta mayor delicadeza del Musigny respecto a Bonnes Mares.
Preguntamos acerca de la dualidad entre vino masculino y femenino, recordemos que los caldos de Chambolle tienen fama de ser los más “femeninos” de la Borgoña. Millet entró al trapo, dijo que él consideraba a sus dos grands crus como dos hombres ya que ambos tenían mucha estructura, fuerza, impacto. Y que la categoría de género no significaba que a las mujeres o a los hombres les gustara más o menos un vino con esas características o con las opuestas.
El famoso enólogo habló también de la diferencia entre exposición solar y orientación, la primera se toma en referencia al sol, mientras que en el segundo caso su marco de referencia es la comuna. Algo que desconocíamos, desde luego, en el mundo del vino siempre se está aprendiendo.
Los vinos que esta bodega elabora son muy caros, normalmente oscilan entre 400 y 600 euros aunque pueden llegar a superar los mil euros. En nuestra opinión estos precios son excesivos al margen que el nivel de calidad de este Domaine sea muy alto. Hay que tener en cuenta los altibajos de las añadas para no llevarse una decepción. En cualquier caso Comte de Vogüé es una referencia de la Borgoña y un ejemplo del mejor vino que cabe elaborar.