Dominio del Urogallo (II).
Anteriormente hemos hablado sobre la manera de elaborar vino de Nicolás Marcos y de la peculiaridad de su terruño. En esta segunda parte trataremos de los curiosos vinos de Dominio del Urogallo.
Los vinos que realiza Nicolás Marcos pueden provenir de varios viñedos como es el caso de Fanfarria -tinto y blanco-, Las Yolas -blanco- y Pésico -tinto y blanco-. También elabora los tintos parcelarios: Cadario, Retortorio y La Zorrina. Advertimos que no son aptos para todos los consumidores. Ninguno de ellos contiene sulfitos u otro tipo de añadidos y tienen como característica común su elevada acidez. Nicolas afirma que sus vinos son uva -agua vegetal- y nada más.
Sobre su elaboración el elaborador explica que fermentan en recipientes de madera o de acero inoxidable que permanecen abiertos durante todo el proceso. Pasan unos 15-16 meses en barrica debido a que se necesitan dos inviernos para estabilizarse. Jamás son clarificados ni filtrados. Se vinifica la uva de cada uno de los viñedos por separado y así permanecen durante la crianza, al final del proceso es cuando se hace el ensamblaje. Se utilizan barricas usadas borgoñonas o bordelesas para los tintos y para los blancos recipientes de 500 litros.
Finalizaremos este artículo hablando de dos estupendos vinos de Dominio del Urogallo: La Zorrina y Flor de Narcea. La denominación del primero hace referencia al nombre del pequeño viñedo de 1,1 hectáreas del que proviene la uva. La variedad dominante es la carrasquín (70-80% del total). La Zorrina es una parcela rodeada de un muro de piedra a similitud de un «clos» francés. Para Nicolás Marcos tiene una magia especial y es el «pago» en el que mejor se siente trabajando. Se tarda entre dos y tres días en vendimiar y requiere el esfuerzo de más de veinte personas para poder hacerlo. Transportar la uva a la bodega supone otro día más de trabajo adicional. Se selecciona racimo a racimo y no se realiza despalillado. La crianza tiene lugar en barricas del Domaine de La Romanée Conti -probablemente la bodega borgoñona más prestigiosa del mundo-. Se elaboran un total de 1.800 botellas en un año muy bueno. Este tinto presenta una gran complejidad aromática y una excelente estructura, la madera acompaña adecuadamente a las abundantes notas frutales y florales, es largo, persistente y con una acidez elevada pero muy agradable. No encontramos rastro de raspón ni en la nariz ni en la boca.
Una sorpresa de la cata fue Flor de Narcea, un vino naturalmente dulce que nació por mero azar al pararse accidentalmente la fermentación. Debido a lo impredecible de las condiciones que se produjeron durante el proceso de elaboración es un vino irrepetible. La calidad es excepcional tanto en nariz como en boca, destacaríamos su acertado balance entre dulzor y acidez, su complejidad aromática, su textura, volumen y persistencia.
En definitiva, fue un placer asistir a esta cata. Nicolás Marcos nos presentó su proyecto de Dominio del Urogallo. Hay que agradecerle su esfuerzo y empeño por poner en marcha una iniciativa que no deja indiferente a nadie.