Hay ciertos elementos en la historia que pueden ser difícil clarificar datos sobre sus orígenes, lo mismo ocurre con la historia sobre la bota de vino. Considerando su importancia cultural, la antigüedad de esta invención la hace aún más resaltante e interesante.
Aunque la bota de vino española es muy conocida y se asocia su origen con el país, lo cierto es que los registros más antiguos de su existencia no datan de España. En cambio, se encuentran alusiones a ella en los relatos de Homero, cuando se habla de la hazaña de Ulises embriagando al cíclope. También hay registro de su existencia en versículos bíblicos, por lo que identificar un origen exacto resulta complicado.
Algo ciertamente similar ocurre con la palabra que le da nombre a este artículo. Su derivación más antigua viene del latín de la palabra “buttis” que hace alusión a una botella de cuero. Aunque su nombre basado del francés “botté” que alude al calzado es el que más influencia ha tenido.
Origen de la bota de vino española
Como se destacó antes no se puede constatar que la historia sobre la bota de vino haya nacido dentro del terreno español. Sin embargo su presencia en la historia del país data desde el 1600, con alusiones a su uso en la obra de Miguel de Cervantes.
Durante dicha época, aunque se extendía su uso en la población, no gozaba de la misma importancia que en la actualidad, ya que no fue hasta 1897 que se inició la producción industrializada de la botas de cuero para vino. Esta acción vino por decreto real en el reinado de Alfonso XIII durante la guerra de Cuba. Se estableció que cada soldado reglamentariamente debía contar con este artículo.
Esta decisión repercutió negativamente en la producción artesanal de botas que existía hasta ese momento porque la producción industrializada tomó el protagonismo y con ella una mayor accesibilidad a dichos productos, favoreciendo así a que la población obtuviese estos articulos, además de que al utilizarse en guerra fueron dotadas de cierto valor histórico y cultural.

¿Qué es una bota de vino?
Es un artículo en forma de gota o de lágrima diseñado para contener y preservar líquidos (principalmente vino) en su interior. Está hecha de piel, cuenta con una boquilla en su extremo más fino y un asa en algunos casos que facilita el trasporte del artículo,
Tipos de bota de vino
- Interior de pez: es la que se encuentra más presente en la historia sobre la bota de vino, ya que era el único tratamiento posible para la piel en la antigüedad. Para elaborarla era necesaria la resina del enebro o del pino, que permitía impermeabilizar el tejido, evitando que se derramará y a su vez permitir que se conservara adecuadamente.
- Interior del látex: se componen de dos partes, la bota exterior hecha de piel y un recubrimiento interior hecho de látex. Con esta composición es posible conservar mejor otros líquidos además del vino sin que se pierda su calidad.
¿Cómo beber de una bota de vino?
- Posición: sujeta bajo la boquilla con una mano (de preferencia la no dominante), con la otra mano abre el recipiente. Luego con esta misma sujeta la parte baja de la bota para tomar vino.
- Beber: al sujetar bien la bota levántala, haz presión suave y gradualmente en la parte baja.
- Al finalizar: detener la presión en la base de la bota, situarla nuevamente con la boquilla hacia arriba y luego separarla de la boca.
Limpiar tu bota de cuero para vino
Un factor importante sobre por qué la historia sobre la bota de vino se mantiene hasta la actualidad es su practicidad. Estos artículos no necesitan muchos cuidados ni mantenimiento para mantenerse funcionales. En cambio, basta con una serie de atenciones básicas para que duren mucho tiempo.
Tras cada uso es recomendable lavarla con agua sin agregar sustancias adicionales, dado que pueden deteriorar el recipiente o afectar el sabor. En caso de que no se vaya a utilizar durante cierto periodo de tiempo es recomendable lavarla y dejarla con una copa de coñac a medio inflar. De esta manera se evita que la bota de cuero para vino pierda sus propiedades o se deteriore rápidamente.